Interiorismo corporativo
El mundo de los negocios se vuelve más competitivo cada año que pasa y, para hacer frente a estos nuevos desafíos, las herramientas a las que acuden los empresarios ganan en especialización.
El interiorismo corporativo es una de las soluciones que están sumando popularidad, en tiempos en los que la calidad de un producto o servicio ya no es el único factor que puede inclinar la balanza por nuestra compañía o una rival.
¿Pero de qué se trata?
¿Qué abarca este concepto de interiorismo corporativo? Bien, cuando hablamos de interiorismo corporativo nos referimos a una serie de ideas y acciones que pretenden trazar las reglas básicas del diseño de los espacios interiores y exteriores que limitan una actividad comercial o empresarial.
La finalidad última del interiorismo corporativo es mejorar el mensaje entre la compañía y el público, facilitando y mejorando las ventas, colaborando en el desarrollo de una imagen positiva de la marca entre los clientes activos o potenciales.
Por ende, el trabajo de un interiorista corporativo es el de combinar la proyección que el propietario o responsable de la empresa tiene, con los gustos y preferencias de su público objetivo. ¿Cómo lo logra? Escogiendo cuidadosamente cada color de las paredes, elementos de iluminación, muebles funcionales o decorativos, cómo distribuimos el espacio etc. La coherencia es, por tanto, esencial en esta búsqueda.
Actores que participan
Con este primer acercamiento, se comprende entonces que el mensaje que engloba el interiorismo corporativo debe cubrir las necesidades del cliente. Por ende, quien realiza estas tareas se transforma, de alguna manera, en un mensajero o transmisor de mensajes, uno de los tantos eslabones indispensables para una comunicación triunfante. En general, nos encontramos con éstos:
Emisor: la empresa que pretende “decir” algo
Receptor: el público, considerado tanto individual como colectivamente
Mensaje: aquello que se quiere transmitir
Canal: el soporte o formato que permite transmitir el mensaje.
Contexto: el espacio, dentro del cual se produce la interacción
Para ser más claros aún, podemos decir que el interiorista propone un mensaje teniendo en cuenta cada uno de los ítems antes señalados. Ese mensaje se transmite a través de un canal especialmente seleccionado, llevando el mensaje que el emisor que se desea transmitir al receptor. Sin embargo, sería imposible analizar el interiorismo corporativo sin el contexto, el lugar o el espacio donde se produce la comunicación.
Remarcamos esto porque un correcto estudio de interiorismo corporativo deberá enfocarse en el contexto para producir un código de comunicación atractivo para los clientes.
Desafíos y obstáculos
Es habitual que cuando una compañía contacta con un experto en interiorismo corporativo, le sugiera o ya esté llevando a cabo ciertas labores de comunicación erróneas o inútiles.
La mala ubicación de los productos, la falta de algunos de ellos, la información difusa o desactualizada sobre los artículos, son algunas de las dificultades con las que se topan los clientes que acuden a nuestro negocio.
Es imperdonable, entonces, que el espacio comercial que proponemos se configure como un impedimento para alcanzar una transacción satisfactoria.
El fin del interiorista debe ser eliminar cada una de esas barreras, poniéndose en lugar del interesado y empatizando con él para comprender cuáles son sus necesidades y preocupaciones reales. No hay método más seguro para aumentar las ventas que repasar, minuciosamente, las complicaciones con las que puede encontrarse un cliente al acercarse a la empresa.
Por supuesto, el reto mayor de un profesional en este campo es encontrar un equilibrio, un punto medio, entre aquello que resulte estético a la vista, funcional en el día a día, y asumible desde lo estructural y económico.
Una caja de luz LED o un cartel retroiluminado en paredes, techos, autoportantes o integradas en el mobiliario son una buena alternativa, siempre integrándolos con el entorno.
Soluciones de gran demanda actual
Ahora bien, considerando esta introducción, probablemente te estarás preguntando qué respuestas propone el interiorismo corporativo contemporáneo hoy, que no eran tan usuales hasta hace poco.
Como es lógico suponer, esto dependerá del tipo de espacio y evento sobre el que se trabaje.
Elementos aréreos como los cubos o frisos publicitarios proporcionan visibilidad de 360º y son excelentes opciones para espacios grandes. Estos objetos son un excelente medio de comunicación por tamaño, mínima intromisión y el magnetismo que generan.
Sin embargo, pensar el interiorismo corporativo que requiere un punto de venta, lo que se conoce como retail marketing, conlleva retos muy diferentes. En tales circunstancias, adquirirán valor otras posibilidades, como un lightbox o un banner publicitario realizados por una empresa especialista en impresión digital de gran formato.
Finalmente, si buscas especialistas para la decoración de interiores en oficinas, hoteles, edificios y viviendas, verás que las tendencias comprenden desde techos luminosos para los pasillos y áreas de conexión, hasta cajas de luz retroiluminadas para ciertos espacios comunes.
Independientemente de estos ejemplos, es fundamental que confíes tus necesidades de interiorismo corporativos, a profesionales que cuenten con los conocimientos, la experiencia, los contactos y el tiempo para resolver este apartado para el éxito de tu empresa.